La Leyenda de Reor.

- diciembre 01, 2017

Periódico Virtual.- Punto de Vista.

Diciembre de 2017.

Leyendas de Navidad de Selma Lagerlof.

La Leyenda de Reor.

Por:Selma Lagerlof.

Erase Un Campesino llamado Reor, de Una Pequeña Villa del Valle de Upar de Colombia.

Quien era Considerado, Por Todos sus Convecinos, Cómo el más Hábil de Todos los labriegos..

Había Sido Bautizado en los Tiempos de la Violencia en Colombia, Cuando los liberales Y los Conservadores Se Repartian el Poder Politico.

No Tenia Tierras, Ni Fortuna Y Toda su Vida Había Sido Un Cristiano Ferviente.

Un Filántropo, Por el Cual, Amaba los Hombres Y la Naturaleza, leía el Tiempo Y Conocía Todos los Fenómenos Sobrenaturales.

Por eso, Siempre andaba Alegre Y Entusiasmado.

Dios Y las Estrellas lo Acompañaban Siempre.

Al Igual Que Todos los Campesinos, Reor, era un Hombre muy Optimista, a pesar de tener una de las Profesiones de Servicio, más Desagradecidas del mundo.

Su Entrega abnegada al Trabajo Y al Campo eran Innegables, Pero, Últimamente, No Quería Trabajarle a Nadie.

Ya Que los Dueños de las Haciendas, No Querían Valorar Su Trabajo.

Acostumbraban estos, Patronos Feudales, a Contratar la mano de obra de los Campesinos, Durante muchos años Y luego, No les Pagaban Ni les Daban Su liquidación Y en el Peor de los Casos, los Asesinaban Vilmente.

Tambien los Despojaban de sus Territorios, Con Amenazas Y Agresiones, Para luego Ocuparlos ellos.

Por eso, Ya Ningún Campesino, Quería Trabajar la Tierra, en Colombia.

De Tal Manera Que Reor, Solamente, Quería Trabajar, en su Pequeña Villa, Donde Vivía Feliz, Con. Su Señora Madre.

Un día, Mientras, Hacía las Labores del Campo, Una Culebra Blanca, Cruzó Por Delante de él.

Era esta Señal, Un Buen Presagio de Felicidad Y de Paz.

Y Se Inclinó Para Cogerla, más el Reptil, Se le Escapó, Deslizándose, Por el Sendero.

Se Enroscó Y Permaneció Inmóvil, Sintió el Campesino, el Deseo más Irresistible de Poseer la Culebra Y Se Fue Detrás de ella.

La Culebra Se Paraba Y Huía Y así lo Fue Conduciendo Fuera del camino, en Pleno Bosque Virgen.

Hasta Que Por Fin, Se Detuvo en la Cima de una Montaña Abrupta, Donde la Luz Resplandecía.

Y entonces, Reor, Reconoció, el Camino, Y Observó la Sierra Nevada de Santa marta.

Reinaba allí una Quietud extraña Y Un Calor Bochornoso, Ni Un Pájaro, Ni Una Hoja Se Movían, la Vida misma Parecía Suspensa en una Tensión Inefable.

Sentía Igual Impresión, Que Si Se Encontrase Sólo en una Habitación, espiado Por una Mirada Invisible, Que le esperaba Desde Hace mucho Tiempo.

No Sentía Ninguna Zozobra, Sino el Escalofrío de La Proximidad de un Espectáculo Maravillosamente Bello.

Volvió a Divisar la Culebra Blanca de la Paz, Que Había Trepado a una Gran Roca, Desprendida del Monte, Por los Hielos.

Más Abajo de la Culebra, Dormía Una Joven Hermosa, Vestida de Un Traje más Sutil Y Fino, Que la Telaraña, Tendida Sobre la Hierba Muelle, Como Si Fuera Caído Rendida, Después de Haber Danzado Con los Elfos, Toda la Noche.

Reor, Comprendía el Lenguaje de la Naturaleza Y Oía Una Voz, Que le Decía:

“Te Ofrecemos a Ti, Que Amas la Soledad, esta Hija Nuestra, Te Hará más Dichoso, Que Cualquier, Mujer del llano”.

¿Serás Tú Digno, de este Noble Y Rico Presente?

Reor, Agradeció a la Naturaleza, Tal Generosidad Y Determinó Hacer de Aquella Joven, No Su esclava, Sino Su Mujer.

Y Pensando Que la Joven Se Ruborizaría al Verse Desnuda en su Presencia, Se Quitó la Chaqueta Y la Abrigó Cariñosamente, Para Protegerla del Frío.

La Mujer, era Delicada Y De Rasgos Finos, Reor la Cogió entre Sus Brazos Y Salió del Bosque, Caminando Con Prisa Y en Silencio, Hasta llegar a Su Cabaña, Donde Vivía Con Su Madre.

Sentíase Reor, Colmado de la Dicha Y al Pisar el Umbral, Vió la Culebra Blanca, Símbolo de la Felicidad Domestica, Que Se Deslizaba Y Se escondía, bajo los escombros de Su Casa.

la Navidad es una Fecha especial, Para, Compartirla, Con los Niños. aquí, la Princesita Maria José, Saluda a Todos los Niños, Que celebran la Primera Comunión Con Jesús.