Historias de Navidad-Selma Lagerlof.



Historias de Navidad
De Selma Lagerlof. 

Diciembre-2015. 



                            "EN NAZARET"
POR: SELMA LAGERLOF.



"Apenas contaba cinco años de edad cuando experimenté una gran pena. No sé si desde entonces  habré tenido otra mayor.

La causa fue el fallecimiento de mi abuela. Hasta entonces, la bondadosa señora estuvo sentada siempre en un rincón de la estancia contando cuentos.

Recuerdo siempre Que la pobre estaba sentada allí, refiriendo historias, y Que nosotros niños, escuchábamos en silencio, sus narraciones" 

Magnifica VidaNo había Pequeñuelos, Que lo Pasaran Mejor Que Nosotros. 

De la Bondadosa Anciana, Sólo puedo Recordar Que tenía una Hermosa Cabellera Blanca, como un gran Copo de algodón. 

Que Caminaba muy encorvada, y Que sus manos, jamás, abandonaban la calceta. 
   
Tambien Recuerdo Que Siempre, Que Terminaba la narración de algún cuento me colocaba una mano sobre la cabeza diciendo: 

Y Todo esto es tan cierto como yo te veo y tú me ves.   

Cuando Jesús tenía cinco años, hallábase una vez sentado en el umbral del Taller de su Padre, José el Carpintero.


Jesús estaba ocupado haciendo figurillas, con un trozo de blanda arcilla Que le había regalado el alfarero de enfrente.

Estaba Jesús Más Satisfecho Que Nunca, Pués Todos los niños del Barrio le habían contado Que el alfarero era un Hombre Brusco Que no se dejaba conquistar ni con miradas suplicantes, ni con melosas zalamerías, por cuyo motivo no había osado manifestarle un solo ruego.

El caso es Que, de pronto, Cuando Jesús, miraba, con ojos anhelantes como trabajaba el alfarero sus moldes, el mismo alfarero  salió de su taller y le  regaló tanta arcilla, Que bastaba para hacer con ella una gran jarra de las Que se emplean para el envase del Vino.

Junto a la escalera de la casa próxima estaba sentado Judas, un muchacho feo y pelirrojo, con la cara llena de manchas blanquecinas y los vestidos llenos de desgarrones Que se habían hecho en sus continuas peleas con los chicos de la calle.

El niño Jesús invitó a Judas, a Construir figurillas de arcilla, en formas de pájaros, las figurillas Que iban modelando las colocaban ambos niños en torno suyo.

Tenían el mismo aspecto Que Todas las figurillas de barro de todos los tiempos.

En lugar de Pies, tenían una gran bola de barro y en la espalda  unas alas apenas perceptible  y una cola insignificante.

Pero de todos modos se notaba enseguida una diferencia en el trabajo de los Dos Compañeros.

Los pájaros de Judas eran tan Desequilibrados, Que no lograban mantenerse en pié y por más esfuerzos Que hacía con sus menudos y duros dedos, no lograban dar a sus cuerpos una forma Bella y Presentable.

A veces miraba de reojo, las Figurillas de Jesús, para ver como hacía sus pájaros tan finos y lisos como las hojas de las encinas de los bosques del monte Tabor.

El Sol se hallaba en el Ocaso y su Brillo penetraba en los pequeños charcos formados en el empedrado de la calle.

El Niño Jesús Metió su manito en el charco Que tenía más próximo y bañó a sus pajaritos, los cuales Quedaron brillantes por la Luz del Sol.

Judas Que de Vez en Cuando, miraba los pajaritos de Jesús, Intentó hacer lo mismo, pero cuando sumergió su mano en el agua del charco y se las echó a sus figurillas, estas se Derritieron.

Entonces Judas se Levantó enfurecido, frunció las Cejas y se Mordió los labios.

Y aplastó todas las figurillas de barro, Que había  Construido Jesús.

Cuando Hubo destruido así todos sus pájaros se acercó a Jesús, Que acariciaba a los suyos, resplandecientes como joyas.

Judas lo contempló silencioso, durante un rato, después alzó su pie y aplastó uno de ellos.

-judas Que estás haciendo, le gritó Jesús. Pero Judas se rió y aplastó otro pajarillo.

¿acaso no sabes, Que viven y pueden cantar?

Los ojos de Jesús se llenaron de lágrimas, al ver Que no podía detenerlo, pues Judas era más grande y más corpulento Que él .      

Judas había destruido cuatro pajaritos de los siete Que Jesús Tenia.

Al Niño Jesús, le apenó ver Que sus figuras de arcilla en forma de pájaros siguieran allí tan tranquilos y se dejasen aplastar sin huir del peligro.

Jesús palmoteó con Fuersas sus manitas para despertarlo y les gritó –Volad….Volad….

Entonces los Trés Pajarillos, empezaron a agitar sús alitas y temerosos Volaron hacia el alero del tejado.

y Judas vió cómo los pajaritos volaban por el Cielo, y Quedó asombrado, y se Humilló ante Jesús, a sus pies, pensando Que Jesús lo aplastaría a el, como había hecho judas con los pajaritos, pero Jesús no lo aplastó.

María la madre de Jesús Que había observado el juego de los niños, levantó a Judas del Suelo y le acarició.

-¡Pobre niño! –le dijo, Tú no Sabes Que has Intentado hacer algo Que no puede, Realizar ninguna Criatura Viviente.

Que no se te Vuelva a Ocurrir hacer lo mismo, si no Quieres ser el más desgraciado de los Hombres.

¡Qué Suerte Correría aquel de entre nosotros Que osara Rivalizar con el Que puede Pintar con Brillo de Sol y animar el muerto barro con el hálito de la Vida!.  


   










  
    

  

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